Hola amigos, de esto se trata...

El contenido de este blog se trata de una exégesis narrativa que haremos de un texto un tanto misterioso de la biblia. Se trata de una cesión espiritista exitosa.

viernes, 26 de noviembre de 2010

El Necromancer

La nigromancia o necromancia es una rama de la magia, considerada generalmente negra, que consiste en la adivinación mediante la consulta a los muertos y sus espíritus o cadáveres.

La nigromancia es el Arte que se dedica al estudio de la muerte, y se centra en el control de los muertos (ya sea en ayudarse con ellos, como el control psíquico de la materia muerta o espiritual).

La nigromancia o negromancia es la disciplina o rama de la adivinación que se dedica al vaticinio del futuro mediante la invocación de espíritus, es un práctica antigua común a la tradición mística o sobrenatural de varias culturas, entre ellas la egipcia, mesopotámica, persa, etc. Manifestándose aún en la actualidad, las sesiones espiritistas en las que se busca responder preguntas mediante la intervención de un espíritu son un ejemplo de nigromancia moderna.

El nigromante es un tipo de mago figura habitual de literatura fantástica.[1]

La Necromancia en la Historia.

El caso clásico de nigromancia es el de la bruja de Endor, descrita en la Biblia (1 Samuel 28), donde ésta invocó al espíritu de Samuel en presencia de Saúl. Ya en el Deuteronomio se previene contra la práctica canaanita de practicar la adivinación mediante el recurso a los muertos.

Estrabón habla de la nigromancia como la forma principal de adivinación entre los pueblos de Persia y se cree que estuvo también muy extendida entre los caldeos, en Etruria y en Babilonia. En La Odisea, Odiseo viaja al Hades y trata de invocar a los espíritus de los muertos mediante hechizos que le enseñó Circe.

Ya Von Esechbach cita la negromancia en el Perzeval, un mago llamado Clinschor aprende en la antigua Persia (Persida) el poder de controlar todos los espiritus que habitan entre la tierra y el firmamento.

También existen casos de nigromancia en la mitología nórdica, con el mismísimo Odín llegando a llamar a los muertos para que realicen predicciones sobre el futuro. En Grecia, Roma y Cartago debió ser popular, tanto en su vertiente de invocación a los espíritus como de adivinación mediante los cadáveres.

La nigromancia, sobre todo en su forma de invocación de los espíritus de los muertos con propósitos mágicos o adivinatorios, es práctica común en religiones antiguas provenientes del África como el voodoo, el palo mayombe y ciertas ramas del espiritismo y la santería [2].

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