Hola amigos, de esto se trata...

El contenido de este blog se trata de una exégesis narrativa que haremos de un texto un tanto misterioso de la biblia. Se trata de una cesión espiritista exitosa.

domingo, 14 de noviembre de 2010

Contexto de la Reacción de la adivina. El terror.

Apenas llega Saúl con su disfraz a donde vivía la adivina, esta le pregunta porque venía y le ponía tropiezo a su vida, ella dice “he aquí tu sabes lo que ha hecho Saúl, como ha cortado de la tierra a los evocadores y adivinos”. En los versículos anteriores a este, en el 28.3 la biblia nos dice que para ese entonces “Saúl había arrojado de la tierra a los encantadores y adivinos”. Les había dado caza y muerte. Pero ¿esto porque? ¿cuál es la razón de esta matanza? Para esto tenemos que volver un poco más atrás en la historia bíblica. En levítico 19.26 dice Enfáticamente Dios “no seréis agoreros y ni adivinos”. Pero también de forma directa Dios condena estas prácticas: Deuteronomio 18:9-14 “Cuando entre en la tierra que Jehová tu Dios te da, no aprenderás a hacer según las abominaciones de aquellas naciones. No sea hallado en ti a quién haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quién practique adivinación, ni agorero, ni sortílego ni hechicero, ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quién consulte a los muertos. Porque es adivinación para con Jehová cualquiera que hace estas cosas, y por estas abominaciones Jehová tu Dios hecha estas naciones de delante de ti. Perfecto serás delante de Jehová tu Dios. Porque estas naciones que vas a heredar, a agoreros y adivinos oyen; más a ti no te ha permitido esto Jehová tu Dios.”

Al pueblo de Israel se le había dejado muy en claro que estas prácticas eran del desagrado de Dios, que eran abominación para Dios. Estas prácticas estaban totalmente prohibidas y condenadas, y Saúl sabiendo esto había hecho matar a todos los que pudo. Pero llegado su momento de necesidad allí estaba esta mujer, que practicaba las artes de la muerte.

Acá se presenta una interesante paradoja, porque cuando Saúl le responde a la mujer, le jura por Jehová que ninguna cosa le pasará. Pero cuando la mujer descubre que es Saúl mismo quién le está consultando lanza un grito de horror, porque para ella sería una muerte garantizada, pero Saúl le conserva la vida.

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