Hemos estado viendo algunos puntos importantes de esta historia, una historia que muestra una sesión espiritista exitosa. Vimos como en nuestra pericopa hay cosas interesantes y algunas cosas que no son tan fáciles de entender.
Una de las cosas que más llama la atención de esta historia es el hecho de que Saúl fuera a la nigromante, a pesar de que sabía que eso era totalmente descalificado por mandato divino (Lev 20:27; Dt 18:11; 2 Reyes 21:6). La acción de Saúl surde de una situación totalmente desesperada, para él no había ninguna otra escapatoria, el necesitaba el consejo de alguien y como por haberse apartado de Dios no contaba con su apoyo, decidió buscar al profeta Samuel. Es interesante que Saúl no tenía muy en cuenta lo que Dios decía, no tenía en cuenta el hecho de que los que van al descanso allí quedan, pero en su estado era necesario cualquier esfuerzo para obtener un consejo.
Una vez que la nigromante invoca a Samuel y se sorprende de saber que es Saúl quién la estaba visitando, es interesante porque ella no lo conocía al rey, de otra manera lo hubiera sabido al verlo. Pero la información le llega de modo sobrenatural. Pero de donde provenía esa información? Acaso Dios dejó de comunicarse con Saúl pero le dio la autoridad a una mujer que invocaba los muertos aún contra el consejo de Dios? Se estaba comunicando realmente con Samuel? La mujer le responde que ella ve “Dioses que suben de la tierra”, expresión tal vez asociada a la creencia de que los muertos residen en algún lugar subterráneo.
La palabra que se usa para describir lo que la mujer ve es ~yhiîl{a/ (“elohim”), Esta palabra aparece cientos de veces en la biblia, es una palabra en plural y la mayoría de las veces, mas de 2500, hace referencia al verdadero Dios, y otras a los dioses falsos que adoraban los pueblos. También se la puede traducir como jueces, lo cual sería una buena traducción ya que Samuel era un juez de Israel. Pero aunque la mujer lo dice en plural, Saúl parece entender en singular porque pregunta que aspecto “tiene”[1].
Otro punto importante a destacar es que Saúl no ve el espectro de Samuel, porque le pregunta a la mujer como era. Esto puede ser porque tal vez había alguna clase de separación entre ellos o por el hecho de que solo ella lo pudiera ver, por eso era la intermediaria. Saúl no lo ve, pero si lo oye, porque Samuel le habla y se da un diálogo.
Evidentemente por lo que pasa en la historia y por los antecedentes que estuvimos viendo, el hecho de que la práctica de la nigromancia estuviera condenada y por la situación que se genera en torno a eso, esta sesión no estaba buscando conocer la voluntad de Dios , no buscaba ver su consejo y pedir su ayuda. El objetivo era hacer venir a un espíritu de un muerto. Esta sesión era una práctica pagana muy común, pero pagana al fin, y lo que se invocaba eran los espíritus de demonios que tomaban las formas de los difuntos, para Satanás eso no es problema (“Y no es de extrañar, porque el mismo Satanás se disfraza de ángel de luz.” 2 Cor 11:14). El solo hecho de que Dios condene directa y abiertamente esta práctica nos da una vislumbre de su naturaleza satánica.
Esta fue una sesión de invocación de espíritus exitosa, Dios nos advierte que no consultemos a los muertos por los vivos (“Cuando os digan que consultéis a los médium y espiritistas, que susurran y cuchichean, responded: "¿No consultará el pueblo a su Dios? ¿Por qué consultar a los muertos por los vivos? Isa 8:19), no porque nos vayamos a frustrar o porque no nos vayan a oír, sino porque Satanás esta al preparado para aparecerse disfrazado de quién sea con tal de engañarnos y llevarnos a la ruina. Dios nos lo advierte porque eso pasa, los “espíritus” aparecen, y seremos engañados.